Raúl Sinencio Chávez

Tampico, Tamaulipas, surge en la margen izquierda del río Pánuco el 12 de abril de 1823. Ipso facto decide adoptar un topónimo en realidad ajeno. Pero logra acreditarlo contra viento y marea.

DRAMATURGO

“Por cuanto soy informado que en dicho sitio hay aparejo y comodidad […] doy licencia a” los “españoles que quisieran ir a […] morar” ahí, determina el virrey Luis de Velasco, padre. Manda en 1554 asimismo facilitarles a los futuros habitantes “solares en que puedan hacer […] sus casas”, dotándolos a la par de “tierras para huerta y heredades”. Lo anterior, “sin perjuicio de los indios” avenidos que viven adjuntos.

       “El dicho sitio” está próximo a la ribera derecha o meridional. Lo separa “poco más o menos” –calcula Velasco—“una legua […] de la mar”. Ningún asentamiento existe por buen tiempo en la banda norteña, porque el Pánuco sirve de frontera con nativos insumisos, en suelo tamaulipeco. Los súbditos ribereños de la corona –se reconoce en 1591—costean “armas y caballos para las ocasiones que se ofreciesen”.

       Aquella comunidad novohispana prospera al grado de que en 1584 es villa ya. Aun poniéndole San Luis de Tampico, propios y extraños prefieren decirle sólo Tampico, nombre del pueblo huasteco que sobrevive anexo. El gremio cartográfico así procede. Tampico, nomás, dicta Felipe IV cuando alude en 1636 a la villa periférica. El bobo del colegio, obra escrita por Félix Lope de Vega, menciona hacia 1620 la festiva danza tampico –con minúscula–, “que […] quiero bailar como mico”, versea el célebre dramaturgo.

INTERCAMBIOS

Casi dos siglos transcurren en las descritas circunstancias. El norte extremo de Veracruz a la sazón aloja el único Tampico erigido durante los albores del virreinato. Su existencia alcanza incluso resonancias curiosas. No obstante, recién colonizado el ahora Estado de Tamaulipas acaecen cambios.

       Bien que sí, puesto que algunos españoles y aborígenes emigran del polígono tampiqueño. Alejándose del río e impulsándolos motivos omitidos aquí, enfilan rumbo al litoral. Optan por radicarse en Los Ranchos o Los Barrios, paraje de La Cofradía, hacienda contigua. A principios de 1754 formalizan el traslado en comento.

       Esta otra localidad aprovecha un lomerío, tenido por recomendable ante el clima malsano de la costa. La denominan Tampico Alto, en consecuencia. El precursor Tampico subsiste de la pesca y despunta en los intercambios trasatlánticos, aunque empieza a ser “llamado el Pueblo Viejo”, informa fray José Benítez Alfaraz en 1776.

MATERIA

El Tampico que por el borde septentrional del Pánuco se funda en 1823 replica el topónimo de enfrente. Resuelve llamarse Santa Anna de Tampico, queriéndose acaso distinguir de los vecinos norveracruzanos. La denominación completa, por angas o mangas, nunca arraiga y termina pronto reducida al último vocablo.

       La villa del siglo XVI sigue nombrándose Tampico mientras, reflejándolo periódicos y despachos gubernamentales. Ello propicia confundir, en particular, el Tampico primigenio con el nuevo Tampico, máxime que están ambos enlazados a rutas de navegación. Crónicas de viaje lo ejemplifican, pues se dificulta por momentos saber a cuál de los dos aluden. Desde Tampico, “sobre la margen izquierda”, “puede verse gran trecho del río, y […] la parte [de Veracruz] llamada puerto de Tampico”, escribe Giacomo Beltrani en 1824.

       El remedio viene detrás. La villa que autoriza Luis de Velasco se había redenominado Pueblo Viejo para 1826. De remate, pierde en 1832 la aduana marítima. El Tampico emergente afianza en contraste su carácter portuario. También consolida, exento de añadidos, el nombre que toma del pueblo huasteco otrora sito en la ribera opuesta. El topónimo hoy continúa en disputa. Imposible resulta toparse con semejante caso en la materia.

Arriba: Tampico, Tamaulipas.

En medio: Lope de Vega.

Abajo: Mapa del siglo XVIII.